Hemos pasado un tiempo considerable explorado esta maravillosa ciudad, donde se dan cita cultura, historia y arte. En nuestras actividades, buscamos toda referencia de la expresión artística de nuestra historia. Adoramos hablar de la luz y el cielo de Madrid, y hoy deseamos compartir con vosotros la riqueza de sus colores.
¿Porqué de «Madrid a cielo»?
Nuestro logo tiene una pincelada de azul, este es el primer color que asociamos a Madrid, quizá por ese cielo que los madrileños creemos único. Ya lo dijo Luis Quiñones en el Siglo de Oro en sus versos:
Versos que se hicieron célebres tras las importantes reformas del reinado de Carlos III; no obstante, nosotros preferimos otra historia que explica la razón por la cual nuestro cielo están especial. Cuenta la leyenda, que cada noche, las almas de los madrileños difuntos se reúnen en el Cerro Garabitas, para desde allí subir al cielo.
El azul, también representa el agua, ese agua entendida por los musulmanes como un tesoro, y que hizo que decidieran levantar su fortaleza, Mayrit – rica en agua – , en este territorio, dando origen a lo que hoy en día es esta ciudad.
Ladrillo y pizarra: sinónimos de una ciudad barroca
Recorriendo sus calles o plazas, descubrimos otros matices. Incluso si cerramos los ojos y pensamos en Madrid, nos viene a la mente el color ladrillo o el tono de la pizarra. Para aquellos de nosotros que vivimos Madrid, explorando sus detalles y enseñando a mirar a otros, estos colores evocan una época única: el Siglo de Oro.
Madrid es sinónimo de barroco, y el barroco es Madrid. Sus calles y plazas están salpicadas de majestuosos edificios de ladrillo. Nos transportan a una época de capa y espada, donde la picaresca era moneda corriente y donde todo parecía una divertida farsa, incluso la adversidad.
El color rojizo del ladrillo queda como referencia inconfundible en la Plaza Mayor, ese ágora diseñado por Juan Gómez de Mora en 1617, que es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, un punto neurálgico donde la vida late con fuerza y las historias fluyen sin cesar. Esa plaza nos obliga a mirar hacia arriba, hacia los tejados y los remates de pizarra, ese material, cuyo color nos transporta al Madrid de los Austrias, un tono que se fusiona con el legado arquitectónico de Juan Herrera en El Escorial. La pizarra y la teja, esos son los colores que coronan los tejados de Madrid.
La elegancia de la arquitectura: piedra de Colmenar
Y, cómo no mencionar el gris, un color que pocos aprecian pero que embellece nuestra ciudad y su magnífica arquitectura. El Palacio Real de Madrid, considerado uno de los palacios más hermosos de Europa, se viste con la piedra gris de Colmenar de Oreja. Y de gris, también se viste Cibeles, grandiosa en su fuente.
Los colores de Madrid
En resumen, Madrid es una ciudad que pinta su historia en una paleta de colores ricos y variados. Desde el azul del cielo que inspira a los soñadores, hasta el rojo del ladrillo que nos transporta a épocas de intrigas y esplendor, cada matiz en sus calles y monumentos es un testimonio de su legado cultural y arquitectónico.
Así que la próxima vez que camines por las calles de esta maravillosa ciudad, no solo mires hacia adelante, sino también hacia arriba, hacia los tejados de pizarra y los detalles en gris que adornan sus monumentos. En cada color, encontrarás una historia que contar, una conexión con el pasado y una razón para enamorarte aún más de Madrid.
De Madrid al cielo, y en cada color, un pedazo de su alma. Esta es la esencia de la ciudad que amamos y que compartimos con aquellos que desean descubrir sus tesoros ocultos. ¡Ven y descubre los colores de Madrid por ti mismo!